RESERVA DE LA BIOSFERA DE URDAIBAI
Espero que os interese el itinerario.
Rafael Ruiz Vico
654 412 423 - 622 345 754
Precio de la escapada: 195 Euros
CONOCE UN POCO LA RESERVA DE LA BIOSFERA DE URDAIBAI
Se trata de un castillo señorial que parece sacado de un película de Walt Disney. La construcción original de rango señorial se erigió a mediados del siglo XI.
En el siglo XII la torre original se transformó en un castillo inexpugnable.
En el siglo XIX el propietario, el Marqués de Torrecilla, don Narciso de Salabert y Pinedo, modifica la estructura y crea una construcción exótica inspirada en los castillos de Baviera, colocándole almenas, cubos y ventanas.
El castillo conserva esta última remodelación que finalizó a principios del siglo XX. En los alrededores hay un amplio y bonito bosque de robles además de un buen número de especies botánicas cuya contemplación maravillará al visitante.
Lamentablemente el castillo no se puede visitar, está en manos privadas y cerrado al público. Hasta hace unos años se celebraban bodas, comuniones y otros eventos pero parece ser que no era rentable así que de momento hemos de conformarnos con visitar el exterior.
A unos metros del acceso al castillo; a la vera del río Butrón, hay un pequeño bar con algunas mesas y sillas en el exterior. Sin duda un lugar agradable para tomarse algo después de darse un paseo por la zona.
En su origen medieval, Anteiglesia de Bakio, se organizaba en barriadas, con dos núcleos principales: por un lado Basigo —dentro del cual existió un enclave perteneciente a Mungia hasta 1882— Anteiglesia independiente, que cuenta con iglesia parroquial; y un segundo núcleo, que sería el formado por Zubiaurralde y San Pelaio, ambos pertenecientes a la Villa de Bermeo hasta la anexión a Bakio en 1927.
Su economía rural giraba en torno al caserío, sin apenas contacto económico con el entorno.
A partir del Siglo XIII, fruto de una mayor actividad económica, ciertas familias se hacen con el control del municipio. Surgen entonces las famosas ferrerías, así como los molinos Goikolea.
A finales del Siglo XVIII se produjo una progresiva concentración de la propiedad en manos de un grupo de poderosas familias del propio municipio: Elexpuru, Ormatza, Artetxe, Duque de Ciudad Real, Marqués de Mortara, Marqués de la Torrecilla y Sota, entre otras.
Hacia 1870, con motivo de las Guerras Carlistas, y las crisis económicas, muchos bakiotarras se vieron en la obligación de emigrar a Cuba, regresando a finales de Siglo y construyendo grandes mansiones (Quinta-Torre, Villa Clotilde, Feliena...) que hoy día se conservan.
En el Siglo XX surgirán las primeras residencias veraniegas: como Etxegorri (Pili-Palas), Itxas-Begi, Bitz-Gane, Itxas-Ondo, etc. A partir de 1970 proliferarán en mayor medida, extendiéndose a lo largo del municipio.
Entre Bakio y Bermeo, en la costa vizcaína, se encuentra la ermita de San Juan de Gaztelugatxe , construida encima de un pequeño islote en el mar Cantábrico y al que se accede por unas escaleras con 237 escalones.
El esfuerzo necesario para subir las escaleras, se ve ampliamente recompensado. En el alto hay dos edificios: un refugio con chimenea y la capilla.
Según la tradición una vez alcanzada la ermita hay que tocar la campana 3 veces y pedir un deseo.
El templo se encuentra sobre el islote de nombre Gaztelugatxe que se encuentra unido al continente por un puente peatonal que facilita el acceso.
La ermita, que data del siglo X, construida sobre una fortificación y que pudo ser un monasterio templario, está llena de ofrendas de los marinos que se han salvado de algún naufragio. Es esta una visita imprescindible en la costa de Euskadi.
Las aguas que rodean al islote albergan bastante vida marina, por eso es un lugar frecuentado por buceadores.
Los amantes de las aves también encontrarán en la zona lugares donde las aves abundan gracias a la inaccesibilidad del humano a las rocas donde pueden reproducirse sin muchas molestias
Es bastante conocida la leyenda que atribuye el nombre de Mundaca a la expresión latina munda aqua (agua limpia). Esta leyenda aparece en la Crónica de Vizcaya escrita por Lope García de Salazar en el siglo XV. Según esta historia arribó a la costa de Mundaca un navío procedente de Escocia que llevaba una princesa que había sido desterrada de su tierra. Los escoceses llamaron en su lengua latina (sic) al lugar Munda aqua ya que encontraron una fuente de agua muy limpia que constrastaba con las turbias aguas de la ría de Urdaibai. Esta princesa tendría un hijo que llegaría a ser llamado Jaun Zuria y a convertirse, según la leyenda, en el primer Señor de Vizcaya. Mediante esta leyenda se explicaría además el por que Mundaca ocupaba el primer puesto entre las anteiglesias de Vizcaya.
Al margen de explicaciones legendarias, la etimología de Mundaca es incierta. La primera mención escrita de Mundaca data de 1070 y la llama Mondaka.
Algunos han buscado en el nombre del pueblo un origen nórdico, relacionado con la probable presencia de un asentamiento medieval vikingo en la zona. Así en danés mund significa boca y Mundaca se encuentra precisamente en la misma boca de la ría del río Oka.
Otros relacionan Mundaca con un stock de topónimos vascos con terminacaión -aka, -eka, -ika, especialmente abundantes en Vizcaya y que podrían estar relacionados con el sufijo celta-latino -aka. De ser cierto este origen, el nombre sería mucho más antiguo y podría remontarse a una época en la que Vizcaya pudo estar poblada por población celta.
Tradicionalmente el topónimo se ha escrito como Mundaca, pero en la actualidad se escribe más habitualmente como Mundaka, que es una adaptación a las modernas reglas de ortografía del euskera. Mundaca se suele considerar el nombre formal en castellano y Mundaka en euskera. Desde 1982 el nombre oficial del municipio es Mundaka. La nueva denominación fue publicada en el BOE en 1989.
El gentilicio es mundaqués/a en castellano y mundakarra en euskera.
Mundaca, al igual que Munitibar (Munditibar), tienen la raíz Munio, Mundio (Muniozguren, Munitiz) que significa colina, altozano. Aka es sufijo conocido como cuesta, ladera, como también es Ika y Eka. Y viendo donde se ubica Mundaca su nombre es muy lógico: ladera del ribazo o la colina. Notese la similitud de Mundi y Mendi, tanto como una colina y un monte.
La localidad se asienta en el valle del río Oka, que da lugar a la ría de Gernika. Muy cerca se sitúa la Reserva Natural del Urdaibai, declarada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.
La cueva de Santimamiñe (Kortezubi), demuestra que el valle está habitado desde la prehistoria. En ella se encuentran pinturas rupestres equiparables en calidad y riqueza a las de Altamira. Desde entonces Gernika nunca ha dejado de estar habitada por sucesivas civilizaciones, hasta su fundación como villa en 1366.
En la localidad son de visita obligada la Casa de Juntas del Señorío de Vizcaya, con su simbólico árbol - bajo él se congregaban los vascos para decidir sobre los intereses de la comunidad-, la iglesia “juradera” de Santa María, el Museo de Euskalerria y el Parque de la Paz, con esculturas colosales de Eduardo Chillida y Henry Moore.
Con motivo de la Guerra Civil, la villa fue totalmente destruida en 1937 por la aviación alemana enviada por Hitler. Con este acto experimental, que inspiró a Picasso su famosísimo cuadro, se daba inicio a las barbaridades de posteriores guerras. En 1987 se celebró el 50 aniversario del bombardeo junto con el Precongreso de la Asociación Mundial de Ciudades Mártires. Gernika se hizo con el título de “ciudad símbolo de la Paz" propiciándose hermanamientos y compromisos de colaboración con otras ciudades en campos como la cultura, la educación y la industria: Berga (Cataluña), Pforzheim (Alemania) y Boise (Idaho - EEUU).
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